Pues sí! Hoy es el día de la Enfermería, profesión que elegí y con la que me casé felizmente en 2003. Y es hoy precisamente cuando se celebra porque un tal día como hoy, 12 de mayo, hace ya 195 años , nació una mujer
llamada Florence Nightingale, que fue la precursora de la Enfermería.
Era una mujer con agallas, talento, inteligencia, carácter..., y los
coj...(piiiiii) tan grandes como el caballo de Espartero.Fijaos si era
fina la señora, que fue capaz de ponerle las pilas al mandamás del
ejercito en la guerra de Crimea. Escritora y estadística, escribió y publicó numerosos trabajos, creó un modelo del Proceso de Atención de Enfermería. A día de hoy, algunos de sus libros, siguen siendo de utilidad y un referente para todo aquel que tiene que cuidar a otro.
Bueno, pues hoy es una merecidísima ocasión para hacer una entrada en este blog que va dedicado especialmente al arte de cuidar y cuidarse. Porque la Enfermería es un arte, y no sólo es un arte para el que se nace, sino con el que te casas y como todos los matrimonios, aunque sean felices, a veces parece que se te atraganta alguna situación.
Y es que la Enfermera es vocacional y necesita aguantar de todo. Mal valorada, a veces muy criticada, a veces no se la toma en serio, a veces se la tiene por médico frustrado, a veces se infravaloran sus conocimientos y su capacidad... Por lo tanto, ser enfermera es algo duro, pero nosotras somo así, nos conformamos con una mirada de agradecimiento, una cara de esperanza al vernos llegar, un simple gracias, e incluso, a veces, simplemente saber que gracias a ti un paciente se salvó o mejoró o tuvo menos molestias, aunque no lo vuelvas a ver.
Una vez que eliges ser Enfermera, lo eres las 24 horas del día y en cualquier lugar. Y siempre, tu vocación estará por delante de cualquiera que se ponga en tu camino.
Ánimo compañeras! Hay quien nos valora, hay quien nos quiere y también hay quien nos cuida... También existen algunos pacientes que nos hacen caso!!! Por supuesto, nosotras también necesitamos que nos cuiden, aunque a veces disimulemos. A nosotras también nos duele el cuerpo y el corazón. Por eso, necesitamos a veces un poco de comprensión. Pero eso sí, hay que superarse día a día, hay que seguir aprendiendo, hay que aguantar que te insulten o menosprecien, ... Al final, la que se mira al espejo todas las mañanas, sigues siendo tú misma y el brillo de tus ojos, sólo depende de saber que lo hiciste bien.
Me siento orgullosa de ser Enfermera. Cada día que pasa, encuentro mayor vocación. Por supuesto, hago muchos sacrificios, no paso casi tiempo con los mios, me pierdo festividades y celebraciones familiares, de amigos, no tengo libres muchos días festivos, cedo mi sueño a los que me necesitan de noche, cedo mi hambre a los que me necesitan a la hora de comer... Pero eso es lo que elegí y me sigue gustando. A día de hoy, los mios lo saben y lo entienden, y eso es lo más valioso.
Felicidades a todos y todas, porque aunque a veces la palabra "bonito" no sea la que se nos viene a la cabeza al pensar en nuestro trabajo, sí es lo más bonito que puede hacer un ser humano.