Hoy voy a hablar del PRP. "-¿Y eso qué eh lo que eh?-" Pues es algo mágico, estupendo y buenísimo.
Yo no había oído hablar de esto en la vida. Pensaba que lo mejor para revitalizar la piel era gastarse un dineral en cremas. Que sí, que hacen, pero nada que ver con el PRP.
Como ya sabéis algun@s, este año me he dedicado a especializarme en Enfermería Dermoestética y fue una de las primeras cosas que aprendimos, ya que es un tratamiento estrella, sencillo y muy recomendable, totalmente natural... ¡y milagroso! Y es que vale para todo. Os comento en qué consiste:
Primero, se hace una extracción de sangre. Es como la analítica que te hacen todos los años en la revisión de la empresa, o como cuando te haces un chequeo médico.
En segundo lugar, se separan los componentes de la sangre de modo que obtenemos las células sanguíneas por un lado (glóbulos rojos y glóbulos blancos), y el plasma y las plaquetas por otro. El plasma se divide en dos partes, el plasma rico en plaquetas (PRP), que son las que contienen los factores de crecimiento y el plasma pobre en plaquetas (PPP), que aunque contenga menos factores de crecimiento, algo contiene y también lo vamos a utilizar.
En tercer lugar, se inyecta el PRP en la zona a tratar. Dependiendo de la finalidad que buscamos, lo activaremos o no, es decir, romperemos las plaquetas para que suelten todos los factores de crecimiento cuanto antes, o dejaremos que ellas solas vayan actuando y liberando esos factores de crecimiento tan buenos.
Y... Voilá! Donde lo pongas, regeneración mágica. Desventajas, contraindicaciones, alergias, efectos secundarios... ¡Ninguno! ¡Si más natural no puede ser! ¡Si es tuyo de tu propio cuerpo!
Bueno, y ¿qué hace exactamente? Es que a mi eso de que me pinchen, me da no sé qué...
Pues veréis, en Dermoestética se suele utilizar para rejuvenecer el rostro, reafirmar la piel en cualquier zona del cuerpo, mejorar el estado del cabello, acelerar su crecimiento, dar brillo, luminosidad, etc. Vamos, lo que viene siendo una inyección de juventud a lo bestia. Sin rellenar, estirar, ni reformar. De forma progresiva y natural. Vamos..., que merece la pena muchísimo el pequeño pinchacito.
Os dejo una foto con el resultado de tan solo una sesión de PRP. ¡Se nota la diferencia, eh!
Y es que los factores de crecimiento lo que hacen es regenerar de manera asombrosa, porque esa es su función. Cuando nos hacemos una herida, la sangre que brota por ella forma el coágulo para reparar el tejido roto, y este coágulo está formado por:
1. Las plaquetas, que son una especie de sacos llenos de factores de crecimiento y son los encargados de regenerar el tejido.
2. El plasma, que contiene todas las vitaminas y proteínas que lleva nuestra sangre. Así pues, se produce la liberación de un montón de sustancias que fabrican tejido rápidamente.
3. Y la fibrina, que se coloca en forma de malla que tensa y sirve de telar.
Por tanto, esta terapia de plasma rico en plaquetas, o lo que es lo mismo, rico en factores de crecimiento, se puede utilizar y, de hecho se está aplicando con excelentes resultados en casi todas las especialidades médicas para regenerar tejidos: traumatología, oftalmología, cirugía ortopédica, odontología, tratamiento de heridas crónicas,... Y por supuesto, en medicina estética.
En la piel el PRP lo ponemos con la técnica de mesoterapia, es decir, mini-inyecciones superficiales de pequeñas cantidades en la piel. Se puede utilizar anestesia tópica en forma de crema para que no duela. Y el PPP, lo aplicaremos en forma de serum posteriormente, ya en casa, preferiblemente por la noche.
Lo más recomendable es hacerse una sesión cada mes, durante 3 meses aproximadamente, y repetir a los 6 meses. Todo esto depende ya del estado de nuestra piel y lo que queramos conseguir. Siempre, este tipo de tratamientos deben ser realizados por un profesional sanitario correctamente cualificado y nos debemos dejar aconsejar por él. Nos harán firmar un consentimiento informado y nos tomarán fotos del antes y el después.
Los efectos se notan a partir de la tercera semana, alcanzando su máximo nivel aproximadamente al mes de la aplicación. ¡Y son espectaculares! Así es que ya sabéis. No gastéis excesivo dinero en cremas caras y ahorrad para el PRP, que vuestra piel os lo agradecerá.